martes, 19 de mayo de 2009




4 miradas cómplices:

indefinible esencia dijo...

mario, gracias por ayudarme cuando nadie pudo. Gracias por darme las palabras que nunca pude expresar. Y sobretodo, gracias por hacerme soñar.

Has dejado aquí algo inmortal, tus palabras.

indefinible esencia dijo...

Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.

Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.

Te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.

Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.

Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.

Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.

Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.

Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.

Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.

indefinible esencia dijo...

De un tiempo a esta parte
me cuesta tanto, tanto, tanto, no amarte,
no amarte.

Espérame en Siberia dijo...

Durante un tiempo, hace no mucho, sentí todo lo que escribiste hoy. Cuando una extraña tanto a alguien, una siente que el cuerpo le duele. Pero es el alma, ¿no? Yo sentía culpas; culpas por no haber hecho o dicho, o aun peor, por lo que hice o dije y no debía. El hecho es que una sueña despierta los encuentros con esa persona, y a veces le reclama y a veces le pedimos, le suplicamos, que nos vuelva a querer.

Mi caso es completamente distinto, porque ya estoy en otra etapa ahora. Digamos que, si eso existe, él y yo hicimos un "borrón y cuenta nueva". Pero yo deseo que la vida te regale otra oportunidad. Con él o con otra persona. Pero que sigas creyendo que vale la pena sufrir un tiempo (aunque este se nos haga eterno), para descubrirnos.

Muchas gracias por lo que me has escrito sobre la muerte de Mario. Yo sigo triste, no sé. Son de esos golpes que, aunque una se "prepara", duelen igual. Pero será cuestión de tiempo para levantarme. Y te agradezco que estés aquí, compartiendo mi dolor.
Yo también estoy aquí, para ti. Para que esto de los encuentros y desencuentros te duela menos.

Un beso inmenso.